Amigos invisibles,
Ayer 28 llegué a los 28.
Tuve una fiesta curiosamente sorpresa, planificada en su totalidad por Naty (obvio).
1ro. A pesar de que sabía que me iba a hacer un soirée no sabía quiénes estaban invitados. Una llamada que originalmente me pareció cándida hecha por mi hermano días antes me cuestionaba quiénes eran mis amigos en este momento. Después de la típica reflexión urbana y contemporánea sobre este tema (por algo los psicoanalistas existen) un shortlist apareció. Nada intrigante. Nada nuevo tampoco. Sólo la candidez de tomarse en serio las cosas cuando uno se siente voluntariamente solo.
2do. Mi casa se convirtió en una galería y esa noche se sintió como la apertura de la exhibición. Si sólo Sigfredo hubiese estado.
3ro. La velada fue un ejercicio del engaño muy bien ejecutado: más de 30 personas en una sala de menos de 50 mts2, una multiplicación de vinos que sólo Cristo hubiese podido superar, y una propuesta gastronómica que hubiese deleitado al mismo Brillat Savarin.
Mi primer huesped llegó a las 20:07 y el último pasada la medianoche. Ninguno de ellos sabía yo que estaba invitado. Nada mejor para compensar mi crisis pre-30 (la cual en realidad no fue crisis, sino reflexión con conclusión de escasez temporal).
Wednesday, December 29, 2004
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